18-02-2014

''El mejor concierto en lo que va de año'' era la frase que de una u otra manera más podía escucharse al término de la magistral exhibición de poder que las británicas ofrecieron anoche en la barcelonesa sala Apolo.
Apabullante es el término más resumido y global con el que podría definirse un concierto en el que nos sumergiremos en las próximas líneas y no por el aburrido análisis de contar pelo a pelo cada uno de sus movimientos sobre el escenario. A Savages hay que concerlas en directo.
Ni más ni menos.
Hablaremos pues de sensaciones, de efectos y de percepción espiritual.
''El mundo solía permanecer en silencio; ahora existen demasiadas voces haciendo ruido que, intensamente, te distraen. Están para desviar tu atención de lo que realmente importa. Concentrado en lo vital jamás te alcanzarán. Distraido en el rudio, serás un blanco fácil'',  alega un concluyente y oportuno primer párrafo de ‘’Shut Up’’, el tema que abre su álbum de debut ‘Silence Yourself’’ (2013), un trabajo que gustó y mucho en Fiebre ViniLLo a pesar de que pudiera ‘pecar’ de escaso recorrido.
Dogmática y emocional, intensa y penetrante, mirada a su público mediante, la front-woman Jehnny Beth convirtió a las Savages en directo en un asunto mucho más visceral que de lo que supuso conocerlas en estudio.
Sus cuatro integrantes son una a una y por separado cuatro volcanes que, con diferente intensidad, permanecen en constante y explosiva erupción.
Su perfecta conjunción se hace especialmente atractiva al comprobar que de tan solo una batería, un bajo, una voz y una guitarra se logre tan minimalista como soberbio placer a los oídos del rock.
Su apoteósico final, que cabalgó sobre un traje rítmico absolutamente hipnotizador, cayó como una bomba atómica sobre la pista; la inédita ‘Don’t Let The Fuckers Get You Down’ (no permitas a los cabrones que te hagan venir abajo) anuncia por las claras que estamos ante una banda con un futuro inmenso; minimalista en su concepción pero de una fuerza atronadora.
Con el brillante equilibrio que da el abierto contenido reflexivo de unas letras que invitan a la filosofía, pero sin rayar ni mediar en la saturación gratuita del eslogan.
Son Savages. Y estamos de acuerdo en que fue ''el mejor concierto en lo que va de año''.