Se dice que un animal ordinario, no es consciente de su programa biológico, de su naturaleza animal en sí misma; que todos los animales son de igual o idéntica naturaleza, y que la del hombre no sólo es superior a la de estos, sino enteramente diversa.

El hombre sí que posee tal conciencia, y en muchos casos no sabemos qué hacer con ella.
Del hombre se dice que posee, aunque en muchas ocasiones no lo demuestre, un proyecto razonado, un orden en sus acciones; el hombre salvaje habla, el hombre civilizado habla, y ambos usan los sonidos que brotan de una articulación inteligente de sus órganos, elaborando las palabras que originan el entendimiento.

¿Pero y si el hombre volviera a su esencia más arcaica para retener algunos de los comportamientos más espontáneos de su ser?

The Black Angels actúan como el perfecto canalizador de la esencia más primitiva de un hombre y sobre la vida que nos acontece.

Al menos para los muchos que hemos decidido sumergirnos en un universo cuya manifestación de experiencias y estados psíquicos están caracterizados por una alteración de la sensibilidad y que en condiciones normales están ocultos, y que se suelen manifestar en forma de alucinaciones, euforia o depresión.

Bienvenidos a la psicodelia intelectual y paradójicamente irracional de The Black Angels.

Tal y como descubrimos durante la gira de su aclamadísimo Phosphene Dream (2010) The Black Angels presentan un nuevo episodio de manifestación lisérgica, evasión absoluta de nuestro intelecto y raciocinio más evidente. Una bacanal servida en bandeja de plata donde la dualidad en su exponente máximo se exhibe en los altares de la más infinita percepción sensorial:

la inteleligencia y la falta de juicio ordinario, la cordura y la locura, el hombre y el animal; El sexo y el amor…… el sexo.

Porque, ¿qué hay de esa atractiva contraposición que une placer y dolor en el mismo acto, en el mismo momento, ese defecto cerebral que es capaz de unir amor y deseo para casarlo con una comedida y consensuada violencia consentida en una lascivia infinita dentro de un acto sexual?

La penetración y la violencia casadas y autorizadas en el acto animal que más nos une a ellos. Cuando se folla, se folla con The Black Angels sonando, parece susurrarte Alex Maas, su líder y vocalista; cuando se ama, se ama con The Black Angels, se abraza y se siente. Se percibe. Ternura y pasión. Beligerancia y terror. Amor y conmoción alucinógena.

La hipnosis de una marcha militar que camina hacia un paraiso extremo donde no existe guerra, armas, políticos ni miserables.

Un universo imaginario, en el que se pasea por una lisergia infinita llena de color, amor y que es abrumadoramente atractiva...y donde hombre y animal son el mismo género. La misma obra de la naturaleza.

Son The Black Angels, y son de Austin, Texas. .