Beck - 'Morning Phase' (2014). La belleza de lo íntimo.

A lo largo de nuestra juventud hemos conocido un número amplio de formatos de ‘Beck’ , el artista de Los Ángeles, California que la pasada semana editaba su décimo segundo álbum en 21 años de carrera profesional. Desde el pop más irracional, hasta un folk intimista y eminentemente lírico, pasando por la electrónica, el country o el rock, con Beck hemos conocido todo un crisol de géneros que lo han llevado a ser considerado un artista global con un talento y una creatividad descomunales. Seis años desde su penúltimo trabajo, el irregular Modern Guilt (2008), Beck Hansen presenta ‘Morning Phase’ (2014) su mejor trabajo en años. Sereno, maduro y comedido, el álbum apenas presenta fisuras en una línea emocional profunda que recuerda al intimismo de ‘Sea Change’ (2002) el álbum en el que conocimos al Beck más espiritual. El lirismo poético e hipnotizador de temas como ’Waves’ o ‘Turn Away’ de un Beck expansivo en la transmisión, nos muestra un artista superior, desacomplejado e insultantemente versátil. En temas como ‘Unforgiven’ ‘Morning’ o ‘Cycle’ se las arregla para convertir una densa melancolía en un cielo estrellado de gran belleza y que termina despertando ilusión y optimismo. No falta su habitual guiño al country, otra seña de identidad que define la personalidad de un autor en el climax de su madurez, sobresaliente en cualquier ámbito del espectro musical y que se exhibe sin remisión en la interpretación de una grandísima colección de canciones.

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